Para tódolos/as manipuladores/as da linguaxe. Nun tempo na que a falsedade na linguaxe está instaurada como un modo de modificar a nosa visión da realidade, este conto invítanos a sorrir cunha nova versión da historia de Carapuchiña. "Érase una vez una persona de corta edad llamada Caperucita Roja que vivía con su madre en la linde de un bosque. Un día, su madre le pidió que llevase una cesta con fruta fresca y agua mineral a casa de su abuela, pero no porque lo considerara una labor propia de mujeres, atención, sino porque ello representaba un acto generoso que contribuía a afianzar la sensación de comunidad. Además, su abuela no estaba enferma; antes bien, gozaba de completa salud física y mental y era perfectamente capaz de cuidar de sí misma como persona adulta y madura que era. Así, Caperucita Roja cogió su cesta y emprendió el camino a través del bosque. Muchas personas creían que el bosque era un lugar siniestro y peligroso, por lo que jamás se aventuraban en él. Caperucita
"En gran proporción del territorio español, la mujer ayuda al hombre en las tareas del campo, porque la igualdad de los sexos, negada en el derecho escrito y en las esferas donde se vive sin trabajar, es un hecho ante la miseria del labrador, del jornalero o del colono. En mi país, Galicia, se ve a la mujer, encinta o criando, cavar la tierra, segar el maíz y el trigo, pisar el tojo, cortar la hierba. Tan duras labores no levantan protesta alguna entre los profundos teóricos de la escuela de monsieur Prud-homme, que, apenas se indica el menor conato de ensanchar las atribuciones de la mujer en otras esferas, exclaman llenos de consternación y santo celo "que la mujer no debe salir del hogar, pues su única misión es cumplir los deberes de madre y esposa". El pobre hogar de la miseria aldeana, escaso de pan y fuego, abierto a la intemperie al agua y al frío, casi siempre está solo. A su dueña la emancipó una emancipadora eterna, sorda e inclemente: la necesidad".
Paz García-Portilla, no Palacio de Congresos de Oviedo//M.López " -¿Cómo es posible que en un país de 47 millones de habitantes sólo haya una catedrática de psiquiatría en activo? -Ocurre en psiquiatría pero en general en todas las especialidades médicas. Sigue habiendo muy pocas mujeres. Hay un proceso de feminización de la medicina que ya lleva veinte o treinta años de forma muy clara, así que me imagino que cada vez serán más frecuentes las catedráticas". E asturiana, ten 49 anos, foi presidenta da Sociedade Asturiana de Psiquiatría e premio á excelencia investigadora da Sociedade Española de Psiquiatría Biolóxica. E investigadora do Consorcio de Investigación Biomédica (CIBER) en saúde mental e profesora da Universidade de Oviedo. É coordinadora do Centro de Saúde Mental da Corredoira en Oviedo, e pasa consulta no Centro Médico. " -¿En serio que es usted la primera? -La primera, en realidad, fue Carmen Leal, de Valencia, pero se acaba de jubilar. Yo estoy a la espera
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