NAIS QUE NON SON SUPERHEROÍNAS NIN SABEN FACER CROQUETAS


"Caos. La  palabra que define con extrema exactitud la situación de las madres. ¿De todas? No. Solo la de aquellas que quieren continuar con su carrera profesional, mantener su vida social y no renunciar a su espacio. ¿Imposible? Casi. Por eso nació el Club de Malas Madres. Esas que no saben hacer croquetas, no cosen botones ni dobladillos, no remiendan calcetines y tienen sueño casi siempre -más bien siempre-. Lo mejor es que no se sienten culpables por ello: una peineta a la sociedad rancia que todavía cree que madre es sinónimo de esclava y que la vida propia debe dejarse a un lado.
Nada más lejos de la realidad, debió pensar en silencio Laura Baena ; y miles de mamás más que llevan esa procesión por dentro, como si si el anhelo de seguir teniendo una mínima parcela de intimidad fuera una ofensa inconcebible. El lunes 27 de febrero de 2012, Baena, creativa publicitaria, malagueña de macimiento y madrileña de facto desde los 21 años, decidió dejar de lado las culpabilidades y nació La niña sin nombre (la verdadera niña, que sí tiene nombre, había nacido dos meses antes), su primer blog. Sólo unos meses después, en agosto de ese mismo año, la neófita (maternal y bloguera) publicó (Diario de) MALA MADRE: ¿Dónde está mi pechonalidad?, era el primer paso al club:
"Dedicada a las madres reales, esas que sufren el cuerpo postparto, esas que hacen malabares para poder llegar a todo y no llegan a nada, esas a las que se les corre el rímel si es que se acuerdan de echárselo, llevan la camisa salpicada de puré o soportan las neuras de esos pequeños que se han colado en sus vidas sin avisar. Pero, que pese a todo, no pierden el humor. Está muy bien hablar de la NSN, pero la MNSN se rebela y está deseosa de desahogarse en forma de dibujo y contaros sus preocupaciones más profundas desde que es madre, malamadre claro está".


Durante la madrugada de un domingo de invierno de 2014, mientras trabajaba en casa, Laura Baena le dijo a su marido: "Voy a abrir el Twitter y el Facebook de Malas Madres". Y en poco más de un año, lo que nació como una vía de escape personal para Baena, tuvo página web propia, se ha convertido en una comunidad virtual y real que acaba de publicar libro, cuenta con tienda propia, roza los 74.000 seguidores en Facebook, más de 17.000 en Twitter y supera los 18.000 en Instagram. "Cuando empecé era porque cada vez más, el Diario de Mala Madre de La niña sin nombre tenían más respuestas y más empatía. No había plan ni estrategia. Solo una vía de escape al hecho de ser madre, de que mi vida se convirtió en un caos y no llegaba a nada".

El humor, la ironía y el diseño -cuya autoría , como la de las ilustraciones, firma también Baena- impregnan a partes iguales un proyecto que crece por momentos; sin embargo, esta serie de acontecimientos afortunados tienen un por qué que no lo es tanto. "Era supervisora creativa en una agencia de publicidad; cuando quise conciliar mi vida laboral con la personal, me di de bruces". Dejó su trabajo cuándo su primera hija cumplió dos años: "No llegaba, llevaba dos años sin tiempo para casi nada, y no podía seguir así. Tuve que dejar el trabajo porque las condiciones eran incompatibles con ser madre". Se lanzó a otro abismo: convertirse en emprendedora. "La conciliación es un chiste total, el cuento chino que nos creímos. Y a raíz de empezar a hablar de ello, me llegaron muchísimas historias y críticas de madres que lo viven y luchan por ello", explica Baena, y apostilla que todo ello es desde el anonimato. "Tampoco parece que se pueda decir, como no puedes decir que quieres salir una noche de fiesta con tus amigas o que compras salchichas de paquete". 

Las cifras respaldan esa queja por unas normas insuficientes que en España provocan que el 88,2% de los trabajadores tengan el horario totalmente definido por la empresa, mientras que en Finlandia es el 44,8% y en Suecia el 56,8%, según el Informe de Evolución en Europa de 2014 realizado por el Instituto de Política Familiar. Esto, que afecta a trabajadores de ambos sexos,  se agrava en el caso de ellas. En España, -donde el permiso medio de maternidad es de 16 semanas frente a las 77 semanas de Suecia, por ejemplo- ocho de cada diez personas con niños que tienen empleo parcial son mujeres y son ellas las que toman la gran mayoría de bajas con una duración mayor a tres meses. Una de las conclusiones del informe es que la conciliación sigue siendo insuficiente, es una de las asignaturas pendientes de Europa y una de las necesidades más acuciantes de las familias. 

El segundo estudio sobre la situación de la conciliación laboral en España del Instituto Internacional de Ciencias Políticas, no releva datos mejores: la mayoría de las medidas del mundo laboral para favorecer la conciliación han sido disfrutadas por mujeres (95;9% en las excedencias por cuidado de los hijos). Según la publicación, esto ha provocado un alejamiento aún mayor de la mujer hacia el mundo laboral, perjudicándola gravemente a nivel social y económico y propiciando una desigualdad evidente frenta al nivel adquisitivo del hombre.


A Laura Baena no hace falta hablarle de datos, no sólo lo ha sufrido, sino que desde el propio Club de Malas Madres pusieron en marcha #concilia13f, "una iniciativa con el fin de demostrar a la sociedad que hay mucho por hacer, con la intención de dar voz a la situación que viven la mayoría de #malasmadres: falta de flexibilidad laboral para poder conciliar, despisos improcedentes, discriminación, dificultad para reisentarse laboralmente..." Durante cinco días del pasado mes de febrero, lanzaron una encuesta por correo electrónico a 4.399 mujeres y 46 hombres para conocer su situación. "Los datos que se derivan son alarmantes", asegura Baena.

  • El 41% de las malas madres que no trabajan por cuenta ajena o autónomas lo hacen por dedicarse al otro trabajo: el cuidado de los Buenos hijos/as.
  • El 30% de las autónomas decidieron trabajar bajo este régimen laboral para poder tener flexibilidad horaria y conciliar el tiempo de trabajo con el del cuidado.
  • El 35% de las encuestadas que trabajan por cuenta ajena deciden hacerlo con una jornada parcial para dedicar más tiempo a la responsabilidad familiar.
  • La satisfacción de las mujeres encuestadas que trabajan por cuenta ajena o autónoma con el reparto de su tiempo es de 3.9 en una escala del 1 al 10 donde 1 es nada satisfecha y 10 muy satisfecha.
  • Más del 50% de las mujeres encuestadas que trabajan mencionan haber tenido experiencias negativas desencadenadas por su maternidad (50,7%).
  • El 31,5% de las profesionales que han sido madres y que han vivido alguna experiencia negativa después de ser madres desempeña funciones de menor responsabilidad, le han apartado de sus proyectos/puesto habitual o no han tenido reconocimiento profesional.
Baena recuerda la broma de los 54 minutos: "Otra de las conclusiones del estudio fue el tiempo libre que tiene una mujer con hijos, son 54 minutos. Nosotros hacemos bromas en plan "Uy" ¡He agotado mis 54 minutos en un atasco que he pillado!", o "¡mis 54 minutos se han ido con la niña agarrada a mi pierna!". Puede parecer una broma, pero la única gracia es la que ellas quieren ponerle a una situación que no ha mejorado en los últimos años. "Al final ser madre es ser una penalización a tu profesión. Luchas durante años por llegar a un punto y cuando llega, el reloj biológico llama. Entonces empiezas a ser un problema para la empresa". Según la malagueña (pero residente en Madrid desde hace más de una década), las ayuda a la empresas no son reales y la reducción de jornada solo sirve para hacer el mismo trabajo en menos horas.
 





"La única manera de conciliar es emprender", sentencia. Fue lo que ella hizo y su proyecto es ahora altavoz de eso que la "obligó" a estar ahí. Ni ella, ni las 20 colaboradoras, ni las miles de malas madres de este país, tienen pensado dejarlo ahí. "Hay un camino por hacer que nos planteamos de forma seria, y el primer paso y ya que vivimos aquí será intentar que nos escuche la Comuniad de Madrid. La implicación de las instituciones públicsa debe estar, como la de las empresas y nuestra propia responsabilidad de reivindicar lo que es justo". Y en ello están, las "malas madres".
Isabel Valdés
11 de mayo de 2015
El País

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