NO BERCE DO VÓLEY ISLANDÉS
"A lo largo de las últimas temporada, Ana
María Vidal Bouza, Valal, se ha convertido en una peregrina del
voleibol. Después de pasar por algunos destinos exóticos como las Islas
Cook o Guam, en los últimos meses ha echado raíces en Islandia. En un
ambiente gélido, con paisajes espectaculares, la jugadora-entrenadora se
ha asentado en el norte de Europa.
Valal reside en Neskaupstaður, un pueblo de unos
15.000 habitantes considerado la cuna del voleibol islandés. «Después de
Reikiavik y Akureyri, todos los pueblos tienen una población muy
pequeña. Así que el nuestro es de tamaño medio», explica la deportista
lucense. «También tiene algunas desventajas, porque todo el mundo te
conoce», indica.
Junto a Borja González, su pareja, se ha hecho cargo
de «prácticamente todos los equipos» del club en el que milita. «Es un
sitio tan pequeño. Conocemos casi a todos los niños del pueblo, porque
normalmente todos o casi todos juegan a vóley», expresa Valal.
La deportista lucense continúa en activo en el primer
equipo de Neskaupstaður, además de dirigir al conjunto masculino. En
ambas escuadras, se encuentra con problemas de efectivos: «Cuando los
niños cumplen 18 o 19 años se van a estudiar fuera y se enrolan en otros
clubes del país. Creo que no hay apenas equipos en el que no haya
jugadores de este pueblo».
Así, comenta que «como estamos tan lejos de las
ciudades universitarias, solemos perder jugadores en cuanto se van a
estudiar fuera y no los recuperamos hasta que vuelven, en el caso de que
lo hagan, para trabajar aquí». «En el equipo masculino, tenemos tres
jóvenes y el resto son bastante veteranos. Con las chicas pasa al revés.
Tenemos tres veteranas, entre las que me incluyo, y las demás están por
debajo de los 18 años», dice.
La experiencia le ha llevado, según ella misma
confiesa, a ser «vecina de tres focas, muchos patos y gaviotas». Y
también a contemplar de cerca renos y auroras boreales".
Miguel Álvarez
La Voz de Galicia
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